https://doi.org/10.35381/s.v.v9i18.4638

 

Ciberacoso en adolescentes en el contexto del uso de redes sociales

 

Cyberbullying among adolescents in the context of social media usage

 

 

Daniela Comas-Sánchez

dcomas@uti.edu.ec

Universidad Tecnológica Indoamérica, Ambato, Tungurahua

Ecuador

https://orcid.org/0009-0006-2550-4936

 

Jhosua Ismael Coba-Quintana

jcoba5@uti.edu.ec

Universidad Tecnológica Indoamérica, Ambato, Tungurahua

Ecuador

https://orcid.org/0009-0002-7225-9428

 

Verónica Nataly Hidalgo-Vásconez

veronicahidalgo@uti.edu.ec

Universidad Tecnológica Indoamérica, Ambato, Tungurahua

Ecuador

 https://orcid.org/0000-0003-3691-2995

 

 

 

Recepción: 13 de marzo 2025

Revisado: 16 de abril 2025

Aprobación: 30 de junio 2025

Publicado: 01 de julio 2025


 

RESUMEN

El ciberacoso representa un riesgo para el equilibrio psicológico y social de los adolescentes. El objetivo es analizar la prevalencia, determinantes psicosociales y secuelas del ciberacoso en adolescentes en redes sociales. Se realizó una revisión sistemática de investigaciones entre 2020 y 2025 con la metodología PRISMA. El análisis establece que los adolescentes agredidos presentan síntomas de ansiedad, episodios depresivos, baja autoestima, aislamiento social y pensamientos suicidas. Los agresores tienen rasgos de impulsividad, baja tolerancia a la frustración y déficit en el control de emociones. Entre los factores de riesgo están la presión entre pares, el anonimato en línea, la insuficiente supervisión parental y los discursos culturales. En consecuencia, el ciberacoso es un fenómeno complejo y persistente que demanda intervención integral de las familias, las instituciones educativas, la comunidad, los proveedores de servicios digitales; así como la implementación de políticas públicas específicas que atiendan la prevención y el tratamiento del fenómeno.

 

Descriptores: Ciberacoso; adolescentes; redes sociales; violencia digital. (Tesauro UNESCO).

 

 

ABSTRACT

Cyberbullying represents a significant threat to the psychological and social well-being of adolescents. This study aims to analyze its prevalence, psychosocial determinants, and consequences of adolescence within the context of social media. A systematic review of research published between 2020 and 2025 was conducted following the PRISMA methodology. The analysis establishes that victimized adolescents often exhibit symptoms of anxiety, depressive episodes, low self-esteem, social withdrawal, and suicidal ideation. Perpetrators, on the other hand, frequently display impulsivity, low frustration tolerance, and deficits in emotional control. Risk factors include peer pressure, online anonymity, insufficient parental supervision, and cultural discourse that normalize aggressive behaviors. Consequently, cyberbullying emerges as a complex and persistent phenomenon that requires comprehensive intervention. Coordinated action from families, educational institutions, communities, and digital service providers is essential, alongside the implementation of specific public policies focused on prevention and treatment.

 

Descriptors: Cyberbullying; adolescents; social networks; digital violence. (UNESCO Thesaurus).

 


 

INTRODUCCIÓN

Actualmente, las redes sociales se han consolidado como uno de los principales canales de interacción entre adolescentes, impactando la forma en que se comunican, se presentan y se relacionan con su entorno. Las redes sociales brindan oportunidades para la expresión y la interacción social, pero también se han transformado en espacios donde emergen nuevas formas de violencia.  En este contexto el fenómeno de la violencia digital o ciberacoso ha adquirido relevancia en los campos académico, clínico y educativo, a causa de su efecto negativo en el bienestar psicológico y social de los adolescentes 1 2.

En este sentido, según Lanzillotti y Korman 3, el ciberacoso se define como la intención de acosar de forma sistemática a otra persona con el fin de causarle daño a través de cualquier medio electrónico, incluidas las redes sociales, e incluye la difamación, la divulgación pública de datos privados y el sufrimiento emocional intencionado.

La violencia en redes sociales entre adolescentes es importante al ser considerado un problema de salud pública, que afecta su bienestar emocional, la seguridad psicológica y su desempeño académico. Los adolescentes víctimas de ciberacoso suelen presentar altos niveles de ansiedad, depresión, estrés, problemas de autoestima y, en casos severos, pensamientos suicidas. Asimismo, los adolescentes que ejercen la violencia suelen enfrentar problemas conductuales, disfunciones familiares y dificultades para interactuar socialmente.

Se parte de la idea de que el acoso a los adolescentes en redes sociales no puede ser visto solo como un problema de comportamiento aislado, sino como un resultado de diversas interacciones entre el individuo y su contexto. Entre las principales interacciones están: factores individuales inherentes a su personalidad, las relaciones interpersonales en el entorno familiar y social, el contexto escolar y comunitario, factores culturales y sociales, y el entorno digital donde se desenvuelven. Estas interacciones muestran que el ciberacoso es el resultado de un sistema complejo de factores. Por ello, se requieren intervenciones en la familia, el entorno escolar e incluso la regulación efectiva de las redes sociales.

En conjunto las investigaciones consultadas coinciden en que el fenómeno del ciberacoso es complejo, interactivo y contextual, lo que propone una perspectiva integradora que contemple lo psicológico, educativo, tecnológico y social. La importancia de abandonar perspectivas que ignoran o minimizan esta problemática que culpan únicamente a los adolescentes tanto agresores como víctimas, y resalta la urgencia de cambiar el entorno sociocultural donde estas actitudes se originan y permanecen.

La agresión entre adolescentes por medio de las redes sociales ha ido en aumento desde mediados del siglo XX, siendo el ciberacoso o violencia en línea un fenómeno relativamente nuevo, surgiendo como categoría conceptual a principios de los años 2000. Al mismo tiempo hubo un incremento en el uso de internet y sobre todo de las redes sociales que ha continuado hasta nuestros días con el surgimiento de nuevas plataformas como Facebook, Instagram, Thread, TikTok, YouTube, Snapchat, Twitter, Telegram, WhatsApp, entre otras, han pasado a ser parte de la vida cotidiana de muchas personas, principalmente en adolescentes y jóvenes. Según el estudio de Zhu et al. 4, España es el país con mayor ciberacoso en el mundo con un 57,5 % de incidencia, seguido de Malasia (52,2 %), Israel (45 %) y China (44,5%).

Adicionalmente, la pandemia de COVID-19 intensificó la digitalización de la vida educativa y social, llevando a un aumento considerable a la exposición de los adolescentes a estos entornos, lo cual se tradujo en un incremento proporcional de experiencias de violencia en línea.

En el Ecuador, el ciberacoso en los adolescentes es considerado un tema de preocupación por las autoridades. Según un estudio comparado de Calmaestra et al. 5 un 28,3 % de los adolescentes en el país han estado implicados en casos de ciberacosos como víctimas o victimarios. Las principales implicaciones en los adolescentes víctimas de ciberacoso son: exclusión social, depresión grave y abuso de sustancias adictivas; adicionalmente, WhatsApp, TikTok, y Facebook son las redes mayormente implicadas en los casos.

En el caso de Tungurahua, el análisis de Villacís López y Larzabal Fernández 6 establece que un 23,6 % de los adolescentes admitieron ser víctimas de ciberacoso. Entre los principales factores de conducta se encuentran ser de sexo masculino los perpetradores de ciberacoso y una mayor incidencia en instituciones educativas privadas. Adicionalmente en la investigación se determinó una correlación negativa que: un mayor compromiso por los padres en su paternidad se asocia con una menor incidencia de ciberacoso de los adolescentes.

La idea central de la investigación gira en torno a la complejidad del ciberacoso en adolescentes a través de redes sociales que afecta su bienestar emocional, psicológico y social que para su intervención es necesario un enfoque integral que tenga en cuenta los factores individuales, familiares, escolares, socioculturales y tecnológicos.

Por tanto se propone como objetivo general analizar la prevalencia, determinantes psicosociales y secuelas del ciberacoso en adolescentes en redes sociales.

 

MÉTODO

Para el estudio se realizó una revisión sistemática siguiendo las directrices establecidas por la declaración PRISMA͏ 2000 (Preferred Reporting Items for Systematic Review and Meta-Analysis Protocols) 7. El objetivo fue identificar, analizar y sintetizar las evidencias disponibles sobre la prevalencia, factores psicosociales asociados y las consecuencias del ciberacoso en adolescentes que usan las redes sociales.

La revisión bibliográfica se realizó ͏de marzo a julio de 2025 en las͏ plataformas Scopus, Web of ͏Scie͏nce, PubMed, Redalyc y Scielo con el apoyo del buscador del G͏oo͏gle Scholar. Se usaron͏ combinaciones de palabras͏ clave y descriptores normalizados (MeSH y ͏DeCS͏) en español e inglés, tales como “cibe͏racoso”, “acoso virtu͏al”, “c͏ybe͏rbul͏lying”, “adole͏scente͏s”, “redes sociales”, “factores psicosociale͏s” y “consecuencias ps͏icológicas”, utilizando ͏los operadores booleanos AND y OR. No se aplicaron restricciones geográficas, se limitó la búsqueda a publicaciones desarrolladas entre 2015 y 2025͏ para garantizar la actualidad de la información.

Como criterios de inclusión se tuvo: artículos originales y metaanálisis que abordaran el ciberacoso en población adolescente (10-19 años), publicados en revistas con revisión por pares, que evaluaran al menos uno de los siguientes aspectos: prevalencia, factores psicosociales asociados o consecuencias psicológicas. Se excluyeron documentos duplicados, resúmenes de congresos, tesis no publicadas, artículos sin acceso al texto completo y estudios centrados exclusivamente en población adulta o infantil.

Los registros identificados se gestionaron con el software especializado Mendeley para eliminar duplicados. La selección se efectuó en dos etapas: en la primera etapa, dos revisores evaluaron los títulos y resúmenes, y en la siguiente etapa, se revisaron los textos completos para verificar la elegibilidad. Las discrepancias se resolvieron mediante consenso con un tercer revisor. Para cada artículo seleccionado, se extrajeron datos sobre autores, año de publicación, nacionalidad, diseño del estudio, tamaño de la muestra, variables estudiadas, instrumentos utilizados y los hallazgos más relevantes.

Para evaluar la calidad metodológica se utilizó la lista de verificación STROBE para estudios observacionales y la herramienta AMSTAR-2 para metaanálisis, clasificando los estudios en tres niveles de calidad: alta, moderada o baja calidad, cumpliendo de los criterios establecidos.

Por la heterogeneidad en los diseños y variables analizadas, se realizó una síntesis narrativa de los hallazgos, categorizando la información en tres ejes temáticos: prevalencia del ciberacoso, factores psicosociales asociados y consecuencias psicológicas.

Al tratarse de una revisión bibliográfica, no se requirió la aprobación de un comité de ética. Sin embargo, se tuvieron en cuenta la integridad y honestidad en el manejo de la información y se citaron debidamente todas las fuentes en formato Vancouver.

RESULTADOS

El ciberacoso en adolescentes es una problemática que requiere ser tratada desde diferentes disciplinas. En la actualidad, las redes sociales no solo son herramientas de comunicación, sino espacios donde también se repiten patrones de exclusión, violencia y dominación simbólica. El significado psicológico y social que estas experiencias generan en los adolescentes ha llamado la atención de investigadores, docentes, psicólogos y familias que reconocen en este fenómeno una amenaza para el desarrollo emocional, académico y social de esta población.

El ciberacoso se reconoce como una manifestación de violencia gestionada por los protocolos e interacciones del grupo social. Las redes sociales actúan como entornos donde se forma la identidad, en función de la aceptación del grupo de pares, lo que genera presión por adaptarse a las reglas grupales, aunque estos incluyan conductas agresivas. Según Escortell et al. 7, las conductas de ciberacoso están fuertemente moldeadas por la presión del grupo y por la percepción de legitimidad que el adolescente atribuye a sus acciones, especialmente cuando estos son validados mediante “me gusta” o comentarios. Además, la escasez de supervisión adulta en los ámbitos virtuales permite que las normas prosociales se debiliten, facilitando que surjan estos comportamientos violentos.

En este análisis, uno de los aportes reconocidos es la teoría de la desconexión moral, originalmente formulada por Albert Bandura. Esta teoría ha sido aplicada en el contexto de entornos digitales por Corkum & Shead 8 y Sánchez-Hernández et al. 9 quienes indican que el distanciamiento físico, la ausencia de contacto visual y el anonimato en línea facilitan la justificación de la conducta agresiva. Los adolescentes agresores suelen defender sus acciones argumentando que “no es verdad” o que la víctima que sufre la agresión “se lo buscó”, lo que desvanece la empatía y la responsabilidad ante sus acciones. Este tipo de pensamiento muestra una afectación en los mecanismos de autorregulación moral.

Otra teoría actual es la relación moral con el entorno, argumentada por Sun et al. 10, quien afirma que los juicios morales cambian dependiendo del entorno manifestado como guarida virtual versus presencial, y el comportamiento ético no se desplaza siempre de un espacio al otro. Esto significa que un adolescente puede comportarse respetuosamente en el aula y asumir el papel de agresor en las redes debido a la sensación de protección. Por tanto, ejemplariza la necesidad y la urgencia de enseñar la moralidad digital no como un aspecto ético, sino como un mediador de la vida en la sociedad.

En lo sociocultural, es necesario problematizar los discursos que provienen de los medios de comunicación que banalizan o legitiman la violencia digital. La sexualización de la infancia y adolescencia, el culto a la imagen, la discriminación de género, la homofobia y el racismo constituyen manifestaciones simbólicas, que al trasladarse a los entornos digitales, configuran climas propicios para la exclusión social y la agresión 11 12. Los adolescentes que realizan discursos de odio en las redes sociales desestiman las consecuencias de sus actos al pensar que lo virtual escapa de las normas de la vida cotidiana 13.

En este ámbito, se observa que los adolescentes interpretan los mensajes virtuales con una elevada carga emocional. La rápida propagación de contenido ofensivo, la difusión masiva de imágenes o rumores, y la permanencia del contenido en internet aumentan el impacto de la agresión 14. Las víctimas de ciberacoso enfrentan alteraciones cognitivas y emocionales, como pensamientos intrusivos, ansiedad social, problemas para la concentración, y emociones angustiantes como la culpa, la tristeza y la ira. Esto ocurre ante la percepción de amenaza en plataformas sociales que activa los mismos mecanismos psicológicos que en el acoso físico, pero con una mayor dificultad de huir de la situación.

Por tanto, el ciberacoso afecta la adolescencia, al ser una etapa primordial para el desarrollo psicosocial, donde se exploran la identidad, se consolida la autoestima y se afirma la pertenencia. De acuerdo con Segura et al. 15, aquellos que son víctimas de ciberacoso suelen mostrar alteraciones en su desarrollo psicosocial como: inseguridad personal, aislamiento social, miedo al rechazo o ruptura de lazos interpersonales. En el caso de los agresores se detecta, por otro lado, una elevada tendencia hacia la impulsividad, la baja tolerancia a la frustración y los problemas para manejar las emociones.

Adicionalmente, la identidad digital también se establece en la etapa de la adolescencia 16. Para López-Mora et al. 17, la imagen con la cual se perciben a sí mismos los adolescentes está determinada en buena medida por la imagen que muestran en redes sociales y la validación que reciben. Las situaciones de humillación social, exclusión o ridiculización en entornos digitales tienen efectos directos en la construcción de las interacciones y vínculos sociales. Estas experiencias incrementan el riesgo en la vida adulta de generar cuadros depresivos o ansiedad. Por tanto, en este contexto es necesario la intervención temprana para prevenir consecuencias graves en la salud mental.

En un análisis desde otra perspectiva, la familia juega un papel crucial frente a ciberacoso. Es necesario que los padres se involucren, hablen abiertamente y comprendan el mundo digital para la protección de sus hijos. Según Gruchel et al. 18 los adolescentes con buenas relaciones con sus padres, que tienen vínculos parentales caracterizados por el afecto y orientación, tienen menores probabilidades de involucrarse en conductas de acoso hacia otros. Por el contrario, si los padres son muy autoritarios, negligentes o permisivos, sus hijos tienen una mayor probabilidad de convertirse en víctimas de acoso o en presentar conductas agresivas.

Consecuentemente, el entorno educativo también es un factor decisivo. Las escuelas que desarrollan planes de convivencia digital, formación del profesorado y planes de resolución de conflictos presentan menores porcentajes de agresiones a través de redes sociales. Según Salem et al. 19, los programas integrales de educación social, enfocados en la empatía, resolución de problemas, y conducta responsable en redes sociales, reducen significativamente el ciberacoso.

En los casos de ciberacoso se debe tener en cuenta el papel que juegan las plataformas digitales. Las compañías responsables de las redes sociales como Meta, TikTok, Twitter, entre otras; son señaladas por no tomar medidas suficientes para moderar el contenido perjudicial 20 21. Las políticas de moderación se caracterizan por ser opacas, ineficaces o simplemente reactivas. Es necesario establecer marcos legales que garanticen la protección de derechos de los jóvenes y que responsabilice a las grandes compañías de su contribución a la difusión de contenido violento.

El abordaje del ciberacoso entre adolescentes requiere una visión integral que no solo contemple los aspectos psicológicos individuales, sino que también articule intervenciones desde el entorno familiar, escolar, comunitario y digital. En este sentido, son necesarios programas de intervención centrados en la modificación de normas grupales, promoviendo valores de respeto y empatía en contextos virtuales. Por otro lado, el entrenamiento en habilidades de autorregulación emocional, resolución de conflictos y pensamiento crítico son claves para que los adolescentes desarrollen estrategias de afrontamiento ante situaciones de acoso.

La problemática del ciberacoso entre adolescentes es un problema transversal que requiere un abordaje integral que no solo atienda a aspectos individuales y psicológicos sino que también fomente la intervención y la colaboración de la familia, la escuela, la comunidad, y también lo digital. Sa reconoce que la edad y la etapa del desarrollo previa a la edad adulta es clave para la construcción de la personalidad. En ella se desarrolla elementos fundamentales como: la autoestima, la identidad, la autosuficiencia, los recursos y herramientas para afrontar situaciones y problemas, o para adquirir habilidades o conocimientos que prevengan perfectamente cualquier tipo de abuso o situaciones de peligro online.

Resumiendo, el ciberacoso en un contexto digital como son las redes sociales es un fenómeno complejo que se sustenta desde factores individuales, grupales y socioculturales con alta incidencia en los adolescentes. En estos entornos digitales, los adolescentes forman parte de su identidad y buscan reafirmarse en sus interacciones; y para esto, en ocasiones reproducen patrones de exclusión, violencia y agresión. En las investigaciones consultadas se analiza que la presión de grupos, la escasa supervisión de los adultos contribuye a la normalización de conductas hostiles a través de las redes sociales.

Adicionalmente, por la rápida difusión de contenidos y la permanencia de mensajes ofensivos en las plataformas, se incrementa el impacto emocional y psicológico en las víctimas. A lo anterior se suma los factores socioculturales difundidos por los canales de comunicación que banalizan la violencia y crean un caldo de cultivo para la agresión. Todos estos factores conllevan a que el ciberacoso sea un entramado dinámico que refleja la relación entre el desarrollo adolescente y la cultura digital.

 

DISCUSIÓN

Los resultados de esta revisión evidencia que el ciberacoso en adolescentes constituye un fenómeno complejo en el que confluyen factores individuales, familiares, escolares, sociales y tecnológicos. En consonancia con lo planteado por Escortell et al. 7, la presión de los pares y la búsqueda de validación a través de interacciones en redes sociales actúan como detonantes de conductas agresivas. Esto confirma que la violencia digital no ocurre de forma aislada, sino que se encuentra profundamente influida por dinámicas grupales y sociales.

La teoría de la desconexión moral de Bandura resulta relevante para comprender cómo el anonimato y la ausencia de contacto físico facilitan la justificación de la agresión y reducen la empatía, lo que coincide con lo señalado por Corkum & Shead 8 y por Sánchez-Hernández et al. 9.

De igual manera, la revisión muestra que la construcción de la identidad digital en la adolescencia incrementa la vulnerabilidad frente a experiencias de exclusión y humillación pública en redes, con consecuencias a largo plazo en la autoestima y la salud mental, tal como afirman López-Mora et al. 17 y Segura et al. 15. Estos hallazgos son consistentes con estudios internacionales que documentan el impacto negativo del ciberacoso en el rendimiento académico, la interacción social y la estabilidad emocional 1 2.

En el campo sociocultural, se observa que los mensajes de los medios que toleran la violencia, la discriminación o el racismo contribuyen a normalizar conductas inapropiadas en entornos digitales. Esto subraya la relevancia de comprender el ciberacoso no solo como un tema psicológico, sino también como un reflejo de dinámicas culturales más amplias 11 12.

Por otra parte, la evidencia revisada subraya el rol esencial de la familia y la escuela en la prevención. Los adolescentes que mantienen relaciones con sus padres basadas en el afecto y la comunicación presentan menor riesgo de sufrir ciberacoso, lo que coincide con los resultados de Gruchel et al. 18. De forma similar, los programas de educación orientados a la empatía, la convivencia digital y la resolución de conflictos han mostrado ser efectivos para reducir estos comportamientos 19.

Finalmente, se reconoce que las plataformas digitales tienen una responsabilidad limitada en la supervisión de contenidos inapropiados. Por tanto, se evidencia la necesidad de reforzar los marcos regulatorios y las políticas públicas de protección para asegurar la seguridad digital de los jóvenes 20 21. En este contexto, la atención al ciberacoso exige una estrategia integral y de multidisciplinaria que articule acciones de la familia, la escuela, la comunidad y las plataformas digitales, promoviendo entornos más seguros y saludables fundamentados en el respeto, la empatía y una convivencia positiva.

 

 

CONCLUSIONES

El ciberacoso en los adolescentes a través de las redes sociales es un fenómeno complejo y multifactorial que necesita de un análisis y abordaje integral y multidisciplinario. Si bien las redes constituyen espacios de interacción, expresión e identificación de tal, también son escenarios donde emergen múltiples formas de violencia. El ciberacoso afecta la salud emocional, psíquica y social del adolescente, repercute en su autoestima, en sus relaciones interpersonales, en su rendimiento académico, además vulnera su salud mental y su seguridad personal.

Según el estudio, el ciberacoso es el efecto de un sistema activo de conexiones donde se unen factores individuales (tipo de personalidad, control emocional), interpersonales (relaciones familiares y con amigos), escolares, culturales y tecnológicos. La presión de grupos de iguales, buscar aceptación social y validación por medio de “me gusta” o comentarios ayudan a normalizar las conductas agresivas en ambientes virtuales. A esto se añade la poca atención adulta en espacios digitales; esto deja que la impunidad siga adelante con la violencia.

Desde un punto de vista social y educativo, la familia y las escuelas juegan un papel importante para detener el ciberacoso. Las investigaciones concuerdan en que los jóvenes con͏ relaciones fuertes y comunicación abierta con sus padres͏ son menos propensos a participar en actos de͏ hostigamiento o ser͏ víctimas. De igual manera, ͏ los programas educativos deben fomentar la convivencia en línea, la empatía, la solución de problemas y ͏el uso adecuado de las redes sociales para reducir esta problemática.

Resumiendo, el ciberacoso en las redes sociales es un fenómeno que presenta una complejidad interactiva y contextual, y no puede ser atribuido exclusivamente a los jóvenes. Este problema inicia con una serie de factores psicosociales y tecnológicos que lo sustentan. Para abordar este problema, es importante participar en áreas como psicología, educación, entorno familiar, sociedad y plataformas digitales para promover el entorno que promueve el respeto, la empatía y la coexistencia saludable. Con un enfoque integral y colaborativo, será posible prevenir y reducir los efectos nocivos del acoso cibernético, lo que protege el desarrollo emocional y social de los jóvenes en el contexto digital actual. 

 

CONFLICTO DE INTERÉS

Los autores declaran que no tienen conflicto de interés en la publicación de este artículo.

 

FINANCIAMIENTO

Autofinanciado.

 

AGRADECIMIENTO

A los docentes de la carrera de Psicología Clínica de la Universidad Tecnológica Indoamérica por sus enseñanzas.

 

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