DOI: http://dx.doi.org/10.35381/r.k.v4i8.272
Nueva
visión ética en la gestión universitaria. Una mirada desde la complejidad
New ethical visión in university management. A look
from compliance
Jesús Antonio Pirona
Universidad Nacional Experimental Francisco
de Miranda
Venezuela
http://orcid.org/0000-0001-9811-8047
Joseani Eduy Gutierrez Curiel
Núcleo Rural 189
Venezuela
http://orcid.org/0000-0001-5094-1480
Josía Isea
Universidad Nacional Experimental Francisco
de Miranda
Venezuela
https://orcid.org/0000-0001-8921-6446
Recibido: 15 de enero del 2019
Aprobado: 26 de febrero del 2019
RESUMEN
La gestión universitaria venezolana
está sumergida en procesos de cambios difíciles, vertiginosos y complejos
producto de una nueva disposición social, económica, política y jurídica, los
cuales demandan repensarla desde nuevos paradigmas, nuevas estrategias e
interpretaciones. El propósito de la investigación fue generar un corpus
teórico para plantear la vinculación de los valores en los diferentes órganos
responsables de los procesos académicos y administrativos en las instituciones
universitarias y dar respuesta a la necesidad de transformar/reformar. Epistemológicamente
el estudio se fundamentó en el paradigma de la complejidad de Morín (2001),
bajo un enfoque cualitativo. En el caminar metodológico se basó en el método
del pensamiento complejo basado en sus principios, a través de las
representaciones de la comprensión y explicación, apoyado en el análisis
reflexivo y crítico. Como hilos conductores teóricos, se fundamentó en la Ética
de los Valores de Scheler (2001) y de Cortina (2006), Guillen (2006) y Etkin
(2006).
Descriptores: Ética;
interconexión; gestión universitaria; pensamiento complejo; vinculación.
ABSTRACT
Venezuelan
university management is submerged in processes of difficult, vertiginous and
complex changes resulting from a new social, economic, political and legal
disposition, which demand to rethink it from new paradigms, new strategies and
interpretations. The purpose of the research was to generate a theoretical
corpus to propose the linking of values in the different bodies responsible
for the academic and administrative processes in university institutions and to
respond to the need to transform / reform. Epistemologically, the study was
based on the complexity paradigm of Morín (2001), under a qualitative approach.
In the methodological walk, he based himself on the method of complex thinking
based on his principles, through the representations of understanding and
explanation, supported by reflexive and critical analysis. As theoretical
threads, it was based on the Ethics of the Values of Scheler (2001) and
Cortina (2006), Guillen (2006) and Etkin (2006).
Descriptors: Ethics; interconnection; university management; complex
thinking; bonding.
En este mundo controversial y en
particular nuestro país (Venezuela), se requiere recuperar el sentido a la
sensibilidad moral, ética, la justicia y el de la gratuidad, reflexionar
seriamente sobre cuáles son los bienes internos que poseemos y hacia donde
queremos llegar. En este sentido las universidades proporcionan espacios de saberes
en los campos humanísticos, científicos y tecnológicos para contribuir con el
desarrollo sustentable de un país, involucrando todo su potencial humano. Por
todo ello, la gestión en materia educativa y administrativa de las
universidades, demanda que contribuya al logro de los objetivos, promoviendo
los valores éticos y sirviendo de apoyo a una gerencia proactiva enfocada al
mejoramiento, innovación y transformación, desde una nueva visión que integre
todos sus actores.
En conversación con un grupo
de universitarios y la vivencia experimentada por el investigador, se
manifiesta y se observan conductas de anti valores y ausencia de ética sobresaliendo
en todos los niveles de la organización, asimismo se acentúan normas y una
cultura disfuncional, ausencia de códigos de ética, profundizando la
ineficiencia e ineficacia de la gestión. Desde esa perspectiva la ética es
considerada una prioridad en el desarrollo de las organizaciones, somos morales
y estructuralmente éticos todas las personas y organizaciones, ya que poseemos
un carácter y virtudes hacia la excelencia.
De esta manera, construir una nueva
realidad, en búsqueda de diferentes situaciones que se le presentan día a día,
de esta forma el ser humano pueda comprender sus limitaciones y establecer su
propia forma de aproximarse a ella, de acuerdo a Moreno (1993), esto se conoce
como episteme, es decir un modo de pensar que permite conocer esa realidad de
un modo diferente.
La ética y la gestión universitaria entretejidas por una
sucesión de vínculos comunes las hacen dependiente una de otra, admite repasar
en red lo que involucra la posibilidad de tener en cuenta la interconexión de
los fenómenos, construyendo un camino del conocimiento, capaz de apreciar las
disímiles experiencias y sus articulaciones, buscando redes dinámicas para lograr
progresar, evolucionar y reconfigurarse. En esta línea de acción la perspectiva
de la simplicidad del pensamiento complejo, supone a la necesidad de gestar nuevos
mapas o cartografía, lo cual es necesario para inventar nuevos instrumentos que
permitan crear nuevas herramientas.
DESARROLLO
Nueva visión ética en la gestión
universitaria
Concurre la necesidad de una gestión,
basada en la ética, capaz de orientar la toma de conciencia institucional y
lograr una gobernabilidad necesaria para el ordenamiento y cambio de rumbo en
procura del logro de los objetivos institucionales. Según Morin (2001) hace
falta ver la complejidad allí donde parece estar ausente como por ejemplo en la
vida cotidiana. Se presentan
innumerables situaciones donde prevalecen los antivalores, generando una
situación de incertidumbre, la falta de dirección autónoma, improvisación y un
ambiente donde se interpone el poder de unos pocos.
Desde esta nueva visión se deben
replantear las características del perfil del gerente universitario acompañante
de la gestión institucional, el siguiente autor Alvarado (2007) realiza una
propuesta de las posibles destrezas del gestor en el campo universitario:
a) Capacidad
para gerenciar en situaciones de complejidad.
b) Capacidad
para la concentración.
c) Desarrollar
una visión holística de los procesos y situaciones.
d) Visualizar
escenarios futuros en contextos de turbulencia y escasez.
e) Propiciar
un ambiente creativo a través del fomento y apoyo del pensamiento divergente de
los trabajadores.
f) Desarrollar
un nuevo esquema de valores organizacionales, basados de sus potencialidades y
necesidades.
g) Valorar
la gerencia como un medio para el logro del desarrollo y transformación del
país y no como un fin en sí misma.
Estos rasgos se consideran importantes
dentro de la gestión, para ser desarrollada por el líder universitario, sin
embargo, en el desarrollo de esta investigación podrán surgir nuevas propuestas
desde la vivencia misma de los informantes claves, lo cual contribuirá a la
generación de nuevas formas de coordinar las instituciones en el campo
educativo. Así mismo, Soto y Cárdenas (2007) mencionan las característica
distintiva de un buen gerente es su capacidad para dirigir con eficacia
organizaciones cuya complejidad nunca alcanza a entender del todo donde su
capacidad de controlar de manera directa las fuerzas humanas y físicas que integran dicha organización está limitada con
rigidez y donde debe tomar o modificar decisiones y responsabilizarse de ellas.
Para
Scheler (2001) plantea una teoría de los valores, además crítica la ética
materialista por su empirismo y subjetivismo. Intenta demostrar la
independencia de los valores respecto a los objetos y los bienes que comporta
cada objeto. Los valores mantienen una relación jerárquica a priori, es decir,
existe previo al objeto. Se pretende describir desde el contexto universitario
el fenómeno relacionado a lo ético y la gestión, desde los valores. Los valores
se presentan objetivamente estructurados cuyos rasgos son la polaridad y la
jerarquía. Él capta intuitivamente las esencias valiosas, es decir de valores.
Analizando las mismas encuentra sus propiedades. Además, descubrir la ética
axiológica desde la gestión universitaria considerando los diferentes niveles y
características desarrolladas por el autor. Scheler ha propuesto diferentes
planteamientos para elaborar una jerarquía adecuada de los valores. En este
sentido, puede hablarse de una ética axiológica.
Adicionalmente, Cortina (2006) plantea
que para remoralizar la sociedad sería necesario que las distintas
organizaciones recuperen el sentido de la actividad que les es propia, y
reflexionaran seriamente sobre cuáles son los bienes internos a esa actividad,
como también los medios adecuados para trabajar en esa dirección. Esa es la
labor que debería proponerse una ética de las organizaciones o de las
instituciones. Plantea dos dimensiones
éticas: a) la personal, que es constituida por la persona al recibir la ética
cívica los valores morales compartidos que permiten avanzar juntos y b) la
aplicada que transforma revitaliza las instituciones modernas, generando
cambios positivos en la empresa o institución y en última instancia en la
sociedad general.
Asimismo, (García y otros 2017:89)
definen la ética como:
La ética es la
disciplina que estudia las reglas morales como un medio para orientar las acciones a través de la
racionalidad de los individuos, es decir que a través de su estudio las personas pueden
aprender a guiar sus actos en función
de valores, en este sentido, se distingue entre la ética discursiva (puramente filosófica) y la ética aplicada.
En
tal sentido, la importancia de la ética debe ir más allá de lo que nos han
enseñado, debe despertar en nosotros el buen obrar y el buen vivir, en
vinculación con el medio y el contexto desde donde nos desarrollamos en
búsqueda de la integración.
Otro aspecto necesario es el planteado
por Barzelay (1998), quien habla sobre la nueva gestión pública, como el
conjunto de políticas contribuyendo a renovar, reformar y transformar la
administración pública en una entidad más flexible y capaz de dar atención a
los ciudadanos, asimismo, orienta sus estrategias hacia la obtención de
resultados en función de eficiencia, eficacia y calidad de la asistencia
pública; su estructura es distinta a las organizaciones jerarquizadas y
centralizadas, intentando realizar una gestión descentralizada. Busca corregir
las dificultades de las entidades a través de la eficiencia de los servicios
públicos.
La nueva gestión, deberá enfocarse
hacia los nuevos cambios y propuesta desde el pensamiento y el conocimiento de
los saberes aportados por los actores que hacen
vida en las instituciones universitarias, se podrá construir entre todos los
involucrados una nueva gestión universitaria desde la ética. Orientando el
trabajo institucional, considerando todos los elementos que hacen vida dentro y
fuera de la organización, con una visión amplia y compleja, donde confluye una
diversidad de ingredientes con personalidad
propia e independencia. Es oportuno señalar lo planteado por León (2012) quien define
como gestión ética la estrategia general de dirección del talento humano a
partir de valores compartidos. Con lo cual se pretende orientar la organización
hacia el logro de sus objetivos o fines.
Es necesario una visión integradora de
la ética y considerarla desde varios puntos de vistas: a) axiológica, que
descubre a los valores como eje de la conducta humana, b) emocional, basada en
una dimensión de amor, en el sentido de conciencia y la importancia por los
demás, c) normativa, que indica el deber ser de las personas y las
organizaciones. Los autores, Soto y Cárdenas (2007) plantean que el hombre
tiene valores con los que conforma sus principios y actitudes ante la sociedad.
Los valores y las actitudes tienen acción directa en la formación de los
conocimientos socioculturales, de las tradiciones y de las estructuras de una
sociedad.
Gestión
universitaria
La gestión universitaria es vista por
Martínez (2000) como un papel esencial en la vigilancia de la coherencia entre
sus identidades, su orientación y su desempeño. Así mismo para Chávez (2001) es
perfeccionar la capacidad de trabajo, trazando la eficacia y eficiencia a todo
nivel: académico, funcionario y estudiantil. De allí que, la gestión es una
capacidad de concebir una correlación apropiada entre la estructura, la
estrategia, los sistemas, el estilo, las capacidades, la gente y los objetivos
superiores de la organización, es la capacidad de articular los recursos de que
se disponen de modo de conseguir lo que se desea. Cassassus (2000).
En este orden de ideas, (Montero, 2012:
33) manifiesta lo siguiente:
…la universidad venezolana en el siglo XXI, debe
desempeñar una función insertada adecuadamente a las necesidades reales de la
sociedad venezolana y las transformaciones necesarias e indispensables son
aquellas que se establecen en función de la acumulación de conocimientos y de
las innovaciones tecnológicas, así como también en el progreso humanístico.
Tomando en consideración la tendencia internacional, una gestión significativa
de la universidad venezolana debe abarcar los siguientes aspectos: seleccionar
y mantener el talento humano más calificado, como único criterio para
determinar la calidad de la educación universitaria y la investigación
científica; admitir los mejores estudiantes en términos académicos, con
dedicación, compromiso, potencial de liderazgo y provenientes de diversos
orígenes.
En
concordancia con los autores la gestión institucional debe envolver instancias
orgánicamente institucionalizadas garantes de delinear y emprender en forma
sistémica los procesos universitarios, estrategias e instrucciones para: la
toma de decisiones, la gestión administrativa, proporcionar el flujo e
intercambio de información interiormente y hacia afuera de la institución, la
elección y contratación de personal, y mecanismos que ratifiquen la autonomía
de cátedra y la independencia académica de la institución. Apoyar el
perfeccionamiento y el progreso de la gestión universitaria, en la idea de que
una mejor institución es un factor que favorece a la eficiencia de las
universidades y por tanto el avance económico y social de un país; inspirar la
promoción de gestores para intercambiar el conocimiento de excelentes prácticas
en temas de gestión universitaria; desempeñar e impulsar el código de ética de
las universidades, incentivar la cooperación y el desarrollo.
Para Villanueva (2014) Rector de la
Universidad Nacional Arturo Jauretche, la gestión universitaria tiene una
particularidad, y es que el aparato de gestión universitario tiene una
incidencia indirecta en el rol principal de la universidad. “No es necesario
que el Rector sea el mejor docente o el mejor investigador, más aún, la gestión
universitaria debe estar al servicio de la docencia y la investigación”. La
visión que se plantea encierra dos de las tres actividades que conocemos debe
promover la universidad como son la docencia, la investigación y la extensión,
resaltando que el gestor que debe motorizar las acciones en la institución
educativa el Rector, en conjunto con todo su equipo de gestión, como actividad
dinámica e integradora, procurando la expansión de la educación superior, con
calidad y pertinencia.
Continuando con este devenir
universitario el Vicerrector Académico de la Universidad de los Andes de Colombia,
Toro (2007) plantea que el gobierno de una universidad debe moverse en medio de
un ambiente construido de profesores con una gran autonomía intelectual y
académica, cuyo proyecto profesional en general, se asocia cada uno a las
profundidades estrechas de sus disciplinas, propios de una sociedad de
conocimiento altamente especializada. Sin embargo, quienes dirijan la
universidad tiene que poder lidiar con esta inmensa diversidad y multiplicidad
de intereses académicos, intelectuales, profesionales y humanos que constituyen
el espectro de lo posible dentro de una universidad. Se plantea los imperativos
que pudieran caracterizar este gobierno:
·
El gobierno universitario debe poder ejercer
su liderazgo dentro de un ambiente participativo y respetuoso de la libertad y
autonomía intelectual de quienes conforman la comunidad académica.
·
El gobierno universitario debe poder entender
la dinámica del conocimiento vigente y del contexto socioeconómico dentro del
cual opera, procurando ajustar el accionar general de la universidad a dichas
señales del contexto externo.
Para el profesor Toro, el liderazgo
que deben ejercer las directivas, puede intentar hacerse dentro de esquemas
autoritarios, que vulneran la autonomía intelectual de los miembros de la
comunidad. En esta situación incurren los gobiernos universitarios cuando no
logran alcanzar consensos mínimos alrededor de los derroteros de la institución
y terminan por imponerlos; lo cual no es más que un indicio de que estas
directivas no tienen una genuina capacidad para liderar la universidad. Lo
opuesto es igualmente nocivo, considerar que la agenda integral de la
universidad deba surgir del consenso absoluto de todos sus estamentos, termina
por conducir a una micro gestión en el cual el plan de desarrollo de la
institución da gusto a cada cual a través de una suma desarticulada de pequeños
propósitos de individuos o unidades académicas aisladas.
El buen gobierno debe diseñarse para
lograr involucrar al “establecimiento” en la tarea de entender el presente y
anticipar el futuro y no solo preservar un pasado supuestamente amenazado.
Estamos ante un escenario externo altamente dinámico y nuevamente podemos estar
ante un “establecimiento universitario” que puede subestimar estas dinámicas
externas. Es común oír a un miembro de la comunidad académica afirmar con
vehemencia y sin vacilación que un estudiante de una determinada disciplina o
profesión jamás podría graduarse de dicho programa sin conocer este o aquel
paquete de conocimiento. Sin embargo, no
es igualmente común que dicho miembro de la comunidad académica pueda
justificar su afirmación con base en un análisis o estudio concienzudo de las
condiciones presentes del mercado laboral.
En las universidades hemos construido
un curioso imaginario de lo que está pasando afuera de la universidad. Sin
embargo, no hemos sido suficientemente críticos acerca de la pertinencia,
actualidad o veracidad de dicho imaginario. Pero tampoco tendríamos por qué
esperar que esta sea la vocación, tarea y deber permanente de todo profesor
universitario. Lo que no podríamos negar es que esta sí es una tarea permanente
de las directivas de la universidad. Sin embargo, el buen gobierno debe poder
involucrar al “establecimiento reactivo” dentro de un proceso de análisis y
estudio juicioso del entorno socio económico y laboral de la universidad, de
manera que este imaginario deje de ser tan solo un producto de la imaginación,
para convertirse en un análisis juicioso que proceda con el mismo rigor con el
cual procede la academia en otros terrenos.
En resumen, se presentan las
siguientes aseveraciones sobre la gestión universitaria desde una visión
crítica de auto evaluación institucional:
·
La gestión universitaria, toca temas como la
planeación, evaluación e investigación institucional. Como manejar autonomía,
participación y complejidad institucional dentro de un ambiente socio económico
y de conocimiento cada vez más dinámico, articulado y competitivo es un desafió
que merece estrategias refinadas de gestión.
·
Develar para la comunidad académica, con todo
rigor y transparencia, la interacción entre lo económico y lo académico, puede
ser una de las acciones más significativa en términos de gestión universitaria.
·
Cuando los actores y autoridades académicas
(como vicerrectores académicos, decanos o directores de departamento y
profesores) ignoran las contingencias económicas, terminan por vivir montados
en un globo que es pinchado permanentemente por las autoridades administrativas
y financieras de la institución. Cuando las autoridades financieras ignoran los
factores que caracterizan el buen desempeño académico, terminan por pinchar
todos los globos, incluso los que caracterizan la universidad en su esencia más
profunda.
·
En la medida que la investigación
institucional se construya haciendo participes a los diversos estamentos de la
comunidad académica, se puede superar el nivel de la opinión puramente
subjetiva, ideológica y prejuiciada que en muchas ocasiones caracteriza los
debates universitarios. Las tradiciones pueden ser cuestionadas ya sea para
ratificarse en ellas o para trascenderlas.
·
La investigación institucional conduce a un
siguiente paso natural en términos de gestión universitaria: la evaluación institucional. La evaluación
busca medir y cualificar los distintos factores de calidad que se han
identificado en los procesos de investigación institucional. Los procesos
evaluativos deben servir para caracterizar los progresos o retrocesos
institucionales; deben permitir establecer comparaciones y benchmarkings con
otras entidades locales, regionales o mundiales. Las evaluaciones a su vez
retroalimentan la investigación institucional misma, permitiendo identificar
causas o explicaciones del desempeño de la institución en todos sus frentes.
·
La cultura de la evaluación y por sobre todo
de la auto evaluación es algo que todavía requiere una mayor maduración y
apropiación en nuestros sistemas de educación. Las evaluaciones ante terceros o
conducida por terceros, todavía la visualizamos como un proceso invasivo No
tenemos una clara cultura de rendición de cuentas así dicha rendición de
cuentas ocurra ante nosotros mismos y mucho menos si es ante terceros. Me
atrevería a afirmar que dicha situación se debe a que no hemos hecho de la
evaluación una componente orgánica de un proceso integral de investigación
institucional.
·
La investigación institucional propone y
justifica aquello que debe ser evaluado y la evaluación provee información que
permite entender la operación de la institución y así alimentar nuevos frentes
de investigación institucional, en procura de mejoras en la calidad o
eficiencia.
·
El ciclo completo de la gestión moderna de
universidades se cierra con la planeación institucional la cual incorpora los
elementos de investigación y evaluación para la formulación de metas,
estrategias y acciones que afectan los distintos elementos del sistema
(actores, procesos y recursos) en la dirección de incrementar la calidad de los
productos académicos (programas, proyectos y servicios). Las universidades son
sistemas de alta inercia en la cual los cambios en procura de una mayor calidad
requieren acciones sostenidas de largo aliento. La construcción de plantas
profesorales mejor preparadas, o la puesta en marcha de metodologías docentes
más efectivas, o la generación de grupos de investigación disciplinar con altos
estándares de calidad académica, no es algo que se logra de un año a otro.
Normalmente se requieren inversiones sostenidas, acciones coherentes y
decididas y cambios radicales en la cultura organizacional.
·
Una gestión universitaria que se basa en
procesos de investigación, evaluación y planeación rigurosa permitirán que las
discusiones trasciendan pequeñas u oscuras agendas que benefician a unos pocos
que usan injustificadamente el nombre de muchos.
En
este orden de ideas y ampliando la visión de la gestión, el autor Barzelay (1998) habla sobre la nueva
gestión pública, como el conjunto de políticas que sirven para renovar,
reformar y transformar la administración pública en una entidad más flexible y
capaz de dar atención a los ciudadanos, asimismo, orienta sus estrategias hacia
la obtención de resultados en función de eficiencia, eficacia y calidad de la
asistencia pública; su estructura es distinta a las organizaciones
jerarquizadas y centralizadas, intentando realizar una gestión descentralizada.
Busca corregir las dificultades de las entidades a través de la eficiencia de
los servicios públicos.
Por otra parte, (Galinelli y Migliore, 2015: 15) mencionan que la gestión
pública está referida a:
Una herramienta o
un conjunto de herramientas que surgen de la administración y que son adoptadas
por las organizaciones para el desarrollo de sus acciones, ya sea para la toma
de decisiones, como para la planificación, obtención, administración y
asignación de los recursos, supervisión y control.
Por lo tanto, la gestión universitaria
debe ser vista más allá de la simple acción de administrar recursos y bienes,
en este sentido Etkin (2006) nos muestra cinco factores que permiten
evaluar la gestión de gobierno:
1)
La gestión efectiva: El
cumplir con la misión y los objetivos a corto plazo de la organización conlleva
a la eficiencia y a la productividad, la efectividad y la credibilidad va a
depender de la capacidad de respuesta tanto a los actores organizacionales como
a la sociedad.
2)
Gestión ambigua o de corto
plazo: aquí no se planifica en función de una visión a largo plazo, sino que se
va planificando a medida que se van ejecutando los planes, en función de las
exigencias y prioridades tanto de los actores organizacionales como de la
sociedad, esta gestión está relacionada con la anarquía, debido a que los
problemas del talento humano los resuelven ellos mismos.
3)
Gestión nominal o
declarativa: su preocupación está fundada en diagnosticar y cómo hacer para
mantener la continuidad de los directivos, no ocupándose de las demandas que
dependen de la organización, caracterizado por acciones discursivas que solo se
quedan en planes, esto puede estar ocasionado por mal uso de la burocracia,
falta de recursos y capacitación o preparación de los directivos para tomar
decisiones.
4)
Gestión sectaria o
partidista: aquí los directivos se preocupan más por las luchas internas, es
decir procuran lograr un equilibrio de poder entre los actores organizacionales,
que por satisfacer las necesidades tanto internas como externas. Toda situación
que genera conflicto es descartada, así mismo no se consideran la igualdad y la
inclusión social.
5)
Gestión inconexa o
fragmentada: se hace presente cuando los gerentes organizacionales se reparten
las políticas obviando la coordinación, esto se da más que todo cuando no están
claramente definidas las funciones gerenciales, es así como quienes salen
perjudicados son los actores organizacionales al no saber a quién acudir cuando
se les presenta alguna situación o necesidad por resolver.
Estos cinco factores pueden distinguirse en la gestión
universitaria ampliando el horizonte de su estudio, recordemos que en las
universidades existe un equipo de gobierno, conformado por el equipo rectoral,
además de los diferentes órganos que hacen vida en la institución y que los
definen como un buen gobierno o no, de acuerdo a las actividades que
desarrollan cotidianamente en el ámbito universitario.
Otra significación plateada por Etkin
(2011) donde enfatiza que, en las organizaciones se debe trascender la
mecanización en el proceso de planificación, fundamentado en los medios y fines
mediante un orden establecido, asumiendo una mirada emergente apoyado en
considerar los intereses y las situaciones de los individuos y grupos, se trata
de descubrir los puntos de acuerdo que reconozcan la coexistencia entre el
talento humano, la sociedad y la institución concediendo viabilidad al sistema.
Asimismo, propone, el enfoque estratégico el cual requiere que los procesos de
liderazgo no se aglutinen en la cúspide, que no sean análogos a las funciones
del máximo directivo.
También incorporar lo concerniente a
la figura del capital humano, se refiere a una valoración específica del saber
disponible y del potencial creativo, porque esta situación no está detallada, ni
estimada en los estados financieros, donde los activos se refieren a objetos o
derechos. Por consiguiente, revela que la recursividad es la aplicación en el
análisis de la organización de la idea del ciclo de vida o ecociclo de los
sistemas vivientes, un ciclo donde se orientan en relación las fases del
nacimiento, el desarrollo, la madurez, la crisis y la renovación de la unidad
social, no desconozcamos que la organización tiene una vida que va más allá de
sus integrantes.
Adicionalmente para ampliar la visión
universitaria, otro aporte de gran importancia lo realiza Morin (2001) desde el
pensamiento complejo que, en un sentido más amplio, para designar a los
estudios científicos que intentan explicar las dinámicas complejas de los
objetos de estudio. Comprender la naturaleza, la sociedad, reorganizar la vida
humana y para buscar soluciones a las crisis de la humanidad contemporánea, el
pensamiento complejo explora, distingue, reconoce lo singular y lo concreto,
integra ligando en un juego dialógico; orden, desorden, organización.
Por otro lado, se desarrolló la versión interpretativa de los hallazgos,
con la construcción de las matrices de contenido, al respecto “las matrices u
otros ordenamientos de datos permiten al analista analizar, en forma
condensada, el conjunto completo de datos, para poder ver literalmente qué hay
allí.” (Miles y Huberman, 1994: 14), en este proceso heurístico se exhibirán
los datos, utilizando tres tipologías de análisis: sintáctica, corresponderá a
la descripción textual de los informantes clave, semántica abarcando el
significado que revela la comprensión de la investigación a partir de lo perceptible
por los informantes y la pragmática que explica la ética y la gestión
universitaria perspectiva del pensamiento complejo, así como los ejes
discursivos las subcategorías y sus significados.
Por todo ello la idea
misma de matriz implica la agrupación de información sintetizada y condensada. Miles,
Huberman y Saldaña (2014) sugieren que en la medida de lo posible cada matriz
ocupe una sola página para que cumpla su función de visualización rápida del
caso o casos en sus dimensiones analíticas centrales.
Asimismo, la tarea de
la hermenéutica es conseguir el entendimiento de un significado común, todo a
partir de la proximidad con la realidad por parte de la investigación para
armar el esqueleto teórico de categorías emergentes, acorde a la confrontación
de los hallazgos, a fin de integrar y constituir en un todo ligado los
significados que tiene la ética y la gestión universitaria para los sujetos
implicados en la dinámica de las instituciones universitarias. El investigador se
apropió y trato de entender el texto expresado por los sujetos que viven el
fenómeno.
De la misma manera, el autor Guillen (2006)
muestra la Ética en las Organizaciones construyendo confianza, abarca una
reflexión acerca de la dimensión ética, de la calidad humana de la organización
y el grado de confianza que en ella existe. Indica tres planos de análisis el
de la persona, el de la organización y el del entorno. Examinando los aportes y criterios teóricos
que contribuyen en el dilema ético y desarrollo humano en el seno de las
organizaciones.
El autor deja
claro que la ética contiene normas, pero se refiere, ante todo al bien de las
personas. Lo que permite adoptar una visión completa de la ética, que incluya
normas, bienes humanos y virtudes. A continuación, se realizan los siguientes
planteamientos de acuerdo a lo dicho por el autor: La ética constituye una
dimensión propia del ser humano; pues en la medida que éste es racional y
libre, se hace responsable de su obrar, busca el desarrollo del ser humano en
su plenitud, pero conforme a la justicia y con decisiones prudenciales y en las
organizaciones constituye una ética aplicada al ámbito organizativo y hace
referencia a la calidad humana, a la excelencia, de las personas y de sus
acciones, en el marco de su trabajo en las organizaciones.
HALLAZGOS
Visión de la ética
Luego que se realizaron las
entrevistas en profundidad y se procedió a registrar los resultados, se
elaboraron las matrices donde se ilustran, en cuatro columnas: descripción,
significación, comprensión y explicación, asimismo, las matrices donde se
muestran las categorías orientadoras o iniciales. Se destaca que las categorías
develadas permitieron construir la vía de la investigación, cuyo camino se
relacionó con la comprensión e interpretación de los fenómenos que constituyó
la realidad social y la cotidianidad, en las instituciones universitarias. Desde
esta perspectiva se consiguió descomponer el discurso proporcionado por los informantes
claves y clarificarlos según la intervención de cada actor social.
Figura 1. Visión de la ética
(Elaboración propia, 2018)
La visión de la ética en la gestión
universitaria comprende los valores para el desarrollo de las personas, los
valores morales orientadores y los valores que buscan la integración del ser
humano desde las voces de los informantes claves, se oferta una nueva
apreciación del conocimiento, donde la sistematización de sus vivencias, sus
haceres nos invitan a transmitir el saber en las instituciones. Por esta razón
una vez aplicada las entrevistas se procedió a la transcripción de la data,
consecutivamente se realizó la sistematización de matrices de contenidos por
preguntas de investigación, a través del análisis textual: sintáctico,
semántico y pragmático, para luego desarrollar el proceso de generación de
categorías y sub categorías con el propósito de fundamentar la aproximación
teórica.
En tal sentido una de las sub
categorías emergentes es los valores para el desarrollo de la persona la cual
consiste en central la importancia del ser humano como ente creador y cocreador
en el resurgir de una nueva gestión que promueva los valores éticos-humanos:
honestidad, el buen vivir, atención a las normas, integración del individuo, en
las instituciones universitarias, tomando en cuenta la participación de forma
dialógica de los actores organizacionales, rompiendo los viejos esquemas que no
han contribuido en el desarrollo de un ambiente ético que sea capaz de rescatar
los valores y principios éticos en el potencial humano, apropiarse de la
comprensión de sí, entre los actores organizacionales y con la sociedad, como
un proceso de retroalimentación donde el
hombre asuma el desarrollo humano siendo el centro para la transformación y
promotor de los cambios profundos de su entorno, promoviendo los valores
necesarios para el logro de los objetivos organizacionales centrado en la
ética. Con transparencia e integridad alimentando la conducta y el
comportamiento en la organización.
En lo que corresponde a los valores
morales orientadores, se refiere al conjunto de valores que guían el actuar de
las personas en su entorno de trabajo y en la sociedad, que lo conduce a
cultivar actos en función de su saber moral cimentado en los valores como el
respeto, la solidaridad, vocación de servicio, diálogo, la ética en la gestión
universitaria debe promover la orientación hacia la reconquista de los valores
que permitan la interconexión de todos los integrantes de la comunidad
universitaria en favor de una sana convivencia basada en los principios como la
solidaridad y el bien común en un ambiente de armonía rompiendo los viejos
esquemas promotores de antivalores, y se puedan tomar decisiones acertadas para
transcender esta linealidad y desviaciones éticas, se asume la racionalidad
abierta, la dialógica, logrando la complementación de pensamientos opuesto y
potenciando el talento humano
creador y cocreador, propiciando una oportunidad de desarrollo personal como
comunidad de personas.
Seguidamente se reseña los valores que
busca la integración del ser humano, se refiere a la construcción de
alternativas para constituir un todo como un sistema complejo para poder
transcender a una ética y gestión efectiva potenciando el talento humano
independientemente de su rol que desempeñe impulsando el sentido de compromiso,
la mística, responsabilidad, generar cambios, trabajo cooperativo, valorización
del ser, transformador del ambiente universitario. Logrando el trabajo en
equipo para poder hacer frente a los procesos organizacionales desde otra
perspectiva combinando la acción humana de principios éticos, descubriendo las
situaciones difíciles y proponiendo las soluciones.
Gestión universitaria y
pensamiento complejo
Por lo tanto, la gestión universitaria
desde el pensamiento complejo rompe las relaciones basadas en la linealidad y
estructuras rígidas que prevalecen en las instituciones universitarias, la ruta
para alcanzar la flexibilidad en la comunicación (diálogo) es la
retroalimentación como una forma de auto gestionar el conocimiento. Redefinir
la ética y la gestión universitaria es repensar desde el pensamiento complejo,
desde un sentido más humano, así como el autoconocimiento y el autoexamen
critico se convierten en columnas primordiales para realizar el bien para
conseguir una gestión con principios y valores éticos, con eficiencia y
eficacia y conformar a la institución de un talento humano competente. Para
robustecer la gestión universitaria es prescindible transcender la perspectiva
de desempeñar la evaluación y seguimiento sólo por practicar una exigencia, a
través de la retroalimentación y la recursividad, se puede lograr mejorar la
gestión universitaria haciéndola efectiva y fortalecer los valores mediante el
potencial del talento humano.
En este sentido, a través de la
reintroducción del que conoce en todo conocimiento y de la recursividad
organizacional se puede apropiar la ética y la gestión universitaria como un
sistema complejo, implica la valoración del talento humano como productor de
ideas y convertirla en un muro de contención capaz de soportar las adversidades
y mantener un ambiente que pueda convivir con la incertidumbre. La complejidad
que describe la gestión universitaria, involucra la visión de entenderla como
un sistema complexus que acceda la interconexión e interrelación de los
procesos de gestión positiva capaz de integrar las insuficiencias tanto de los
actores organizacionales como la sociedad y darle respuestas al entorno,
mediante un liderazgo de las autoridades que sea participativo.
Por ello, para que la gestión
universitaria logre cumplir con su razón de ser sus procesos deben llevarse de
forma interrelacionada e interconectada, de forma no lineal, debe existir una
correlación entre la estructura y la estrategia, asimismo es imposible conocer
las partes sin conocer el todo o recíprocamente y para alcanzarlo es mediante
el principio hologramático. Alcanzar el reconocimiento y la aceptación entre
los miembros de la organización, las relaciones de diálogo deben estar
distinguidas por la no linealidad, la retroactividad y la complementación de
pensamientos opuestos, es así como se convierte en un modelo a seguir y
trabajar de la mano con las comunidades.
De allí que es necesario dinamizar las
actividades académica y administrativa, propiciando la flexibilidad y la
cooperación en la realización de funciones de los colaboradores, pero desde una
corresponsabilidad, es necesario posesionarse de particularidades del principio
hologramático: la interconexión e integración y separar así la linealidad y
mecanismo, que identifican los procesos de gestión, recuperando el sentido del
trabajo, otro elemento la dialógica organizacional facilita la
auto-organización y la aceptación, en este sentido la retroactividad reconoce
la retroalimentación y conquistar una gestión universitaria ética, efectiva,
eficiente y eficaz, dando un sacudón profundo a todos los niveles de la organización.
Mejorar las deficiencias en las áreas de servicios y propiciar una nueva forma
de gestionar el talento humano rompiendo con las políticas erradas en materia
de captación de personal.
En tal sentido, un gran promotor para
la adaptación de la gestión universitaria a los cambios del entorno debe
asumirlo el gestor universitario, electo por todos los individuos que conforman
la comunidad universitaria y lograr una participación activa, flexible y
consciente donde el talente humano es creador y concreado, propiciando
encuentros con las comunidades y pensando estratégicamente está unido a la
complejidad. El gestor universitario o gerente debe apropiarse de la
flexibilidad y de la participación activa como una forma de adaptación a los
cambios que se presentan en el entorno, convirtiendo a la universidad en un
halo de luz.
Figura 2. Gestión Universitaria
(Elaboración propia, 2018)
A continuación, se presenta la
categoría emergente gestión universitaria, al respecto los informantes clave la
consideran como el conjunto de disposiciones que coordinan tanto a las personas
como a los procedimientos que permiten lograr los fines institucionales
brindando un servicio eficiente y eficaz. Al respecto está conformada por la
gestión integradora, liderazgo participativo y gestor universitario.
De este modo, la gestión integradora
es repensar la gestión universitaria desde el pensamiento complejo, que permita
integrar e interconectar todos los procesos académicos-administrativos desde
los principios y valores éticos como columnas primordiales y robustecer el
quehacer universitario, desde la retroalimentación y la recursividad haciéndola
efectiva promoviendo los valores y principios básicos entre todos los
colaboradores y actores que propicien la valoración del talento humano como
productor de ideas, transcendiendo las viejas formas de gestionar, abriendo
nuevos caminos de autoevaluación, de cooperación y seguimiento, desde una
coparticipación de los actores sociales con una visión de integración donde
todos puedan lograr la participación, el intercambio de saberes y haceres.
Rompiendo con los diferentes vicios que se han hecho presente en las
instituciones universitarias.
Igualmente, tenemos el liderazgo
participativo, consiste en propiciar un ambiente de intercambios incorporando
estrategias y herramientas técnicas gerenciales modernas incentivando la
participación activa del talento humano de la comunidad universitaria, asimismo
para alcanzar el reconocimiento y la aceptación entre los miembros de la
organización, la relación de diálogo debe estar distinguida por la no
linealidad, la retroactividad y la complementación de pensamientos opuesto.
Al mismo tiempo, contamos con el
gestor universitario, como persona capaz de motorizar y dinamizar la gestión de
la institución universitaria conformando los equipos de colaboradores capaces
de identificar el conjunto de necesidades y transformarlas en beneficios.
Logrando una participación activa, flexible y consciente donde el talento
humano es creador y cocreador, pensando estratégicamente y apropiándose de los
cambios que se presentan en el entorno para hacerle frente. Debe facilitar la
dialógica organizacional facilitando la auto-organización, rompiendo los viejos
esquemas tradicionales y mecanicistas. Promover la transformación del hoy para
un futuro y convertir a la universidad en un halo de luz, que irradie e ilumine todos
los rincones dentro y fuera de la organización.
REFLEXIONES
FINALES
En el tejido universitario del siglo
XXI surge la necesidad de repensar la gestión académica-administrativa llevadas
a cabo en las instituciones universitarias y que en muchos casos ha dejado de
lado la ética en sus procesos sociales, culturales, económicos, políticos,
tecnológicos, investigativos y extensionista. Además, caracterizada por
estructuras rígidas, modelos verticales, reglamentos anticuados, que han
perdido vigencia en estos tiempos modernos. De ahí la necesidad de incorporar
elementos cercanos a la visión integradora desde los valores.
Este contexto de la gestión de las
universidades, como la de cualquier otra organización dedicada a prestar
servicio, requiere de sus autoridades, dirección media, del talento que lo
conforma para contribuir al logro de los objetivos estratégicos
institucionales. Las universidades están al servicio de la nación, les incumbe
acompañar en la orientación de la vida del país y de efectuar una función
rectora en la educación, la cultura, la ciencia y tecnología. Creando y
difundiendo el saber mediante la docencia, extensión e investigación,
implementando nuevos modos de gestión, con una amplia visión integradora que
les permita mejorar la dinámica de las funciones con la fundamentación en la
ética.
RECOMENDACIONES
Distinguir la importancia de la ética
entretejida y conectada con la gestión universitaria construyendo los medios
para la verdadera trasformación institucional, promoviendo el conocimiento
ético, fomento de la ética en los ámbitos social y académico, construcción de
una red de ética universitaria interinstitucional y extra institucional.
Promoción de una ética personal e institucional cargada de valores que permitan
la orientación al diálogo sincero y continuo, conformación de comités de
difusión permanente, implementar la autoevaluación de la conducta como un
proceso de retroalimentación.
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