DOI: http://dx.doi.org/10.35381/r.k.v4i8.261
Perfil de
Competencias Profesionales de la Población Inmigrante Venezolana al Perú 2017-2018
Profile of Professional Competencies of the Venezuelan
Immigrant Population to Peru 2017-2018
Carlos David Rojas Mora
Universidad Católica Sedes Sapientiae
Perú
https://orcid.org/0000-0003-1077-6016
César Antonio Monterroso Coronado
Universidad Católica Sedes Sapientiae
Perú
https://orcid.org/0000-0001-5407-8741
Recibido: 25 de enero del 2019
Aprobado: 07 de abril del 2019
RESUMEN
La migración puede ser vista como un factor
de desarrollo económico al momento de reconocer que la incorporación de
inmigrantes profesionalmente calificados al aparato productivo del país de
acogida potencia la productividad, y su efecto puede mejorar las condiciones de
calidad de vida y competitividad local. La presente investigación de tipo
descriptiva de corte transversal tiene por objeto caracterizar el perfil de
competencias profesionales de la población migrante venezolana llegada al Perú
en el bienio 2017-2018 y su significancia como la oportunidad de desarrollo que
representa. El estudio permitió evidenciar que el 85% de la población tiene
edades inferiores a los 45 años, el 70% ha cursado estudios superiores: 40%
poseen títulos profesionales y de postgrado y un 80% aspira a reunirse con su
familia en el Perú. Estos hallazgos permiten considerar al grupo de estudio
como una alternativa por considerar en el marco del desarrollo del país.
Descriptores:
desarrollo
económico; diáspora venezolana; migración calificada; Perú; perfil de competencias
profesionales.
SUMMARY
Migration can be seen as a factor of economic development when the
incorporation of professionally qualified immigrants into the productive system
of the host country enhances productivity, and its effect can improve the
conditions of quality of life and local competitiveness. The purpose of this
research, of descriptive type and cross section, is to characterize the
professional competencies profile of the Venezuelan migrant population arriving
in Peru in the 2017-2018 and its importance as the development opportunity it
represents. The study showed that 85% of the population is under 45 years of
age, 70% have completed higher education: 40% have professional and
postgraduate degrees and 80% aspire to reunite with their family in Peru. These
findings allow the study group to be considered as an alternative to be
considered within the framework of the country's development.
Descriptors: economic development;
venezuelan diaspora; qualified migration; Peru; professional competencies
profile.
INTRODUCCIÓN
La
diáspora es un fenómeno complejo que transforma el entorno social debido a la
inserción, en un espacio geográfico determinado, de individuos con una
configuración de valores y costumbres distintas a la local. Ello deriva en unas
nuevas y modifica las potencialidades productivas, a causa de la adición de
personas con perfiles y competencias particulares. La Organización
Internacional para las Migraciones (OIM, 2013) definió la diáspora como
“emigrantes, y sus descendientes, que viven fuera de su país de nacimiento o de
ascendencia, ya sea de manera temporal o permanente, y a pesar de lo cual
siguen manteniendo vínculos afectivos y materiales con sus países de origen”
(p. 22). Dicho de otra forma, la diáspora se entenderá como el grupo de
individuos y sus familiares con similar identidad de nación que se desplaza
hacia otros países o regiones, sin desprenderse de sus valores y relaciones
afectivas e intereses.
En
este sentido, al momento de analizarse las tendencias del impacto que podría
generar la diáspora en el país de acogida, es pertinente considerar las
oportunidades que dicho fenómeno produce; por cuanto, dependiendo de las
maneras en cómo se inicia el proceso migratorio, así como también al considerar
las características de los inmigrantes, pudieran conseguirse aspectos
relevantes. Estos aspectos, bien conducidos a través de una política pública
efectiva, serían potencialmente considerados como un instrumento para fomentar
el desarrollo económico local.
Bajo
este criterio, vale la pena considerar lo señalado por Cohen (2008), quien
reconoce cinco tipos de diásporas:
De las víctimas (“dispersión de un pueblo
lejos de su patria ancestral u originaria después de un acontecimiento
decisivo”); de trabajo (“el movimiento de la migración en busca de trabajo”);
imperial (“la migración en pos de ambiciones expansionistas”); del comercio
(“la migración en busca de comercio y el desarrollo) y desterritorializadas
(“poblaciones a las cuales les ha sido arrebatado su territorio y son
desplazadas del mismo”). (p. 18)
Dentro
de los cinco tipos de diáspora reconocidos por el autor, dos de ellas se
orientan desde criterios eminentemente económicos, como es el caso de las diásporas
de trabajo y de comercio. Sin embargo, la de las víctimas y la imperial, no
están ajenas de generar y asumir aspectos en este contexto, por cuanto los inmigrantes,
al momento de arribar al sitio de acogida, deben desarrollar acciones que le
permitan subsistir. De estas, la más aceptable desde un punto de vista social
es la demanda de trabajo en las diferentes ramas de competencia que manifiestan
los inmigrantes, y que se adaptan a los requerimientos y necesidades de la
estructura económica local.
Tomando
en cuenta la clasificación anterior y en función al carácter motivador y las
consecuencias que devienen de un proceso migratorio, se reconoce el concepto de
“inmigrante económico” (Rodríguez & Marcu, 2009,p. 226; Boddvarson y Van
den Berg, 2013, pp. 27-28). Según dicho término, se trata de un individuo que
migra y cuyo objetivo fundamental no es otro que la búsqueda de empleo como
medio de subsistencia para él, para los que lo acompañan y para las personas
que quedaron en el país de origen y que dependen de su aporte para su
manutención.
De
esta manera, haciendo referencia a estos aspectos de orden económico presentes
en el proceso migratorio, se logra la comprensión de la diáspora como un
elemento influyente, si se quiere, estratégico en los planes y proyectos de
desarrollo económico. Al ser manejadas de forma efectiva, se puede propiciar el
aprovechamiento de sus acciones económicas relacionadas (empleo, ingresos,
gastos y transferencias) como factores que incidan en la generación de producción,
así como también en el consumo de bienes y servicios, tanto en los países de
origen, a través de las remesas, como en los de acogida, producto del gasto.
Son aspectos que se relacionan con la visión triádica del proceso migratorio
señalada por Rodríguez (2016), quien enfatizó la interrelación entre(a) el país
de origen, (b) el grupo migrante y (c) el país destino.
Es
posible considerar que el valor económico del inmigrante, sobre todo en lo que
respecta a su calificación laboral, centrada en sus competencias profesionales,
es una condición relevante al momento de medir la potencialidad que reviste la
migración de individuos calificados. Así, como lo señaló Méndez (2017)
La
migración internacional de recursos humanos calificados es uno de los pilares
de la gobernanza de la inmigración. Las políticas migratorias establecen los
instrumentos de organización y gestión de la misma con la finalidad de atraer
trabajadores calificados y estudiantes internacionales en el contexto de la
competitividad global. (p. 137)
Dicho
de otra forma, el inmigrante, valorado en función a sus capacidades aptitudinales,
puede ser considerado en el marco de la política de desarrollo como una
herramienta para la complementación efectiva de los procesos productivos, según
la puesta en práctica de las competencias laborales para las cuales está
capacitado. Esta apreciación del inmigrante calificado es la base de la
política de migración selectiva, y su aplicación ha sido evidente en muchos
países desarrollados y emergentes (Ramírez y Lozano, 2017, p. 113). Esta
situación se sustenta en la potencialidad que representa la adhesión de un
trabajador ya formado y apto para el desempeño de funciones específicas en las
redes de producción de un país, sin recurrir a la inversión de tiempo y
recursos que significa para el país su consecución con ciudadanos nativos.
Es
decir, la migración de personas capacitadas representa una oportunidad de
desarrollo para los países de acogida. Estos pueden beneficiar al inmigrante y
su entorno al momento de propiciar su colocación laboral en los espacios para
los cuales se encuentra calificado. En consecuencia, se producirá un efecto
positivo en el caso de que las aptitudes y competencias profesionales se
requieran en la estructura económica y productiva local.
Asimismo,
es pertinente considerar lo planteado por Díaz y Delgado (2005) cuando señalaron,
respecto a los movimientos migratorios, lo siguiente:
La presencia e incremento de estos flujos se interpreta como una más de las
manifestaciones atribuibles al sistema económico en su fase global actual, pues
si bien no todos los desplazamientos están fundados en causas económicas,
también es verdad que muchos de los que se establecen en nuestras sociedades
constituyen un aporte adicional de mano de obra, ocupan una parte variable de
los empleos disponibles y, en muchos casos, su contratación permite reducir
costes laborales y garantizar la rentabilidad de ciertas inversiones. Por
tanto, la realidad migratoria actual no se puede entender ni al margen de la
dinámica económica internacional, ni tampoco al margen de las características de
los mercados de trabajo nacionales, regionales y locales. (p. 2)
En
función a lo anterior, es pertinente reconocer el papel que tiene en el marco
del tratamiento integral al inmigrante su inserción en el mercado de trabajo;
aspecto que es considerado fundamental por las instancias institucionales que
observan el tema migratorio a nivel mundial. La razón es que se trata del medio
que garantiza una ubicación plena y conveniente del individuo, para la
percepción del ingreso salarial como medio de subsistencia, tal como lo
enfatizan Rodríguez y Serrano (2013). Los investigadores señalaron que la
inserción laboral es importante en el marco de la gestión de atender el proceso
migratorio; puesto que “el
acceso al mercado de trabajo es un requisito imprescindible para conseguir la
integración del inmigrante, que casi siempre lo es por razones económicas” (p.
35).
Otros
aspectos de orden económico relacionados con la migración, son planteados por
De la Rica (2017), quien afirma que la inmigración trae consigo un movimiento
de producción de país a país. Asimismo, el mismo sostuvo acerca del tema lo
siguiente:
El movimiento del
factor trabajo modifica las cantidades disponibles en los países afectados por
este fenómeno [la inmigración] y, en consecuencia, los rendimientos de todos
los factores de producción también experimentan un cambio.… Sin embargo, los
trabajadores inmigrantes son mucho más que un simple factor de producción. Los
inmigrantes son también consumidores, y su llegada a un determinado país
aumenta la demanda de todos los factores de producción, lo cual expande la riqueza.
(p. 129)
De
manera general, entonces, puede reconocerse que, dentro del carácter complejo
que reviste la migración bajo la forma de diáspora, subyace el carácter
económico que esta representa, apuntalado en función a su potencial productivo reflejado
en su perfil profesional. A la vez, considera sus características como ente
económico que demanda bienes y servicios, y contribuye con ingresos adicionales
a las economías originarias a través de las remesas, tal como lo mencionan
Gurieva y Dzhioev (2015, p. 108). Estas características coinciden con la
definición de diáspora y demostrando objetivamente la presencia del carácter
triádico que relaciona país de origen–inmigrante-país receptor.
La Diáspora Venezolana en el
Perú
Producto
de una difícil situación económica, social y política que se vive en Venezuela
ante la implementación de un modelo socialista, desde el mismo momento en que
se instala el gobierno revolucionario en el año de 1999, se inicia una salida
de ciudadanos venezolanos a los diferentes países del mundo, producto de la
orientación centralista e intervencionista que, en todos los órdenes comienza a
manifestarse. Vargas (2018) señala respecto al efecto de la aplicación del
nuevo modelo político lo siguiente:
Desde este período ya se comenzaban a evidenciar violaciones concretas a
derechos de las personas, particularmente de un sector político contrario al
partido de gobierno - coartando su libertad personal en algunos casos - y que
ponían en entredicho el respeto a la libertad de asociación, expresión y de
pensamiento lo cual al transcurrir el tiempo se extiende hacía otros sectores
de la población (p. 103)
Esta
tendencia va creciendo progresivamente abarcando todos los sectores del país,
de forma tal que el Estado se fue apropiando del aparato productivo y su
presencia en los mercados fue absoluta bien por la vía de la expropiación de
las empresas y unidades de producción o, de forma distinta a través de la
competencia desleal del ejecutivo con la importación subsidiada de bienes y
servicios que introducían en los mercados internos atacando la viabilidad y
sostenibilidad de la empresa nacional venezolana (Niebrzydowski y De la Vega,
pp. 103-107)
No
es sino hasta los años 2016-2018, momento en que la crisis se agudiza, en que
los venezolanos abandonan de manera masiva el país, impulsados por un proceso
de hiperinflación y deterioro generalizado de las condiciones de vida. (Vargas,
ob. cit., p. 111). Este escenario se reflejaba en una escasez general de
alimentos, medicinas, repuestos automotores, servicios públicos y privados
ineficientes, y una inseguridad ciudadana y jurídica cada vez mayor. Con unos
ingresos petroleros en decadencia, debido a la falta de inversión en el
subsector extractivo, refinador y de comercialización del principal rubro de
exportación del país, la radicalización del proceso interventor de la economía,
la represión política y la inmunidad jurídica delincuencial, los escenarios de
riesgo para los venezolanos fueron muchos y es por ello que de manera intempestiva
deciden emigrar.
Al
día de hoy, el Fondo Monetario Internacional (FMI, 2018) proyecta para
Venezuela en 2018 una inflación cercana a los 2.500.000%; de la mano de una
contracción de la producción del PIB por encima del 15%. Este panorama se traduce
en una desmejora de la calidad de vida, de la mano con una expectativa poco
favorable hacia el cambio. Tales condiciones han sido el factor detonante para
la salida de millones de venezolanos en la búsqueda de medios para permitir la
subsistencia de sus familias y de mejor calidad de vida.
Las
estadísticas de la OIM (2018), para el mes de julio de 2018, ubican más de tres
millones de venezolanos desplazados en diversos países del mundo, dentro de los
que destacan un millón cien mil (1.100.000) se estima están radicados en
Colombia, cuatrocientos diez mil (410.000) en Perú, trescientos noventa mil(390.000)
en Estados Unidos, doscientos cuarenta mil (240.000) en Chile, doscientos
treinta mil (230.000) en España, ciento ochenta mil (180.000) en Ecuador, ciento
veinte mil (120.000) en Argentina, seguidos por México, Panamá y Brasil.
Es
válido intuir que el desplazamiento, debido a los costos que implica para el
inmigrante, es directamente proporcional en trayecto a la disponibilidad de
recursos económicos de que dispone el viajero. Se debe anotar que las personas
que poseen mayores recursos económicos son quienes llegan más lejos, por cuanto
en función a la disponibilidad de medios financieros pueden cubrir los gastos
que ocasiona desplazarse hacia lugares específicos donde las condiciones son
mucho más favorables; condición que para los migrantes que no poseen esta
condición patrimonial se hace más engorroso.
Sin
embargo, en función al corredor de desplazamientos hacia el Sur del continente
americano, destaca la presencia de Perú como país destino, por debajo de
Colombia; pero por encima de Ecuador en lo que respecta a la presencia de
inmigrantes venezolanos en su territorio. Esta condición pudiera estar asociada
al hecho de que Perú se considera una de las opciones de migración más
atractivas a nivel regional, a causa de las oportunidades de crecimiento
económico que posee; así como también por las facilidades que brindan para la
regularización migratoria de los venezolanos desplazados.
En
ese sentido, tomando en consideración los aspectos tratados anteriormente, vale
reconocer la opción que podría significar la diáspora venezolana para el Perú
desde una perspectiva económica, en lo que respecta a las competencias
profesionales que caracterizan a la población. En función a ello, se planteó el
desarrollo de un proceso investigativo que diera respuesta a la siguiente
interrogante:¿Cómo son las características en función al perfil de competencias
profesionales de la población inmigrante venezolana que llegó al Perú entre el
2017 y el primer semestre del 2018?
Metodología
Se
planteó el desarrollo de una investigación de tipo descriptiva, de corte
transversal, a través de la aplicación de un instrumento tipo cuestionario bajo
un muestreo no probabilístico que incluyó 727 inmigrantes venezolanos llegados
al Perú, entre los años 2017 y 2018. La colecta de información se realizó entre
el 13 de abril hasta el 08 de junio de 2018, en diferentes puntos de la ciudad
de Lima. Se pudo acceder a encuestar personas que residían no sólo en la ciudad,
sino en otras regiones del país, y que se encontraban haciendo trámites en
instituciones locales o bien de paso hacia sus destinos regulares.
El
instrumento aplicado constaba de 33 ítemes en los que se evaluaban aspectos
diversos del inmigrante y del proceso migratorio, como son datos demográficos:
edad, sexo, estado civil, lugar de proveniencia. Respecto a la migración y el
proceso migratorio se consideró (a) la fecha de salida de Venezuela y llegada
al Perú, (b) medio de transporte mayormente utilizado, (c) financiamiento del
viaje e (d) instalación en el Perú. Referente a información sobre educación y
trabajo, se incluyeron ítemes que determinaban (a) nivel de estudios alcanzado,
(b) ocupación, (c) nivel, y (d) condición laboral antes de salir de Venezuela y
en al momento de la encuesta. Adicionalmente, se hicieron preguntas sobre lo
que sigue: (a) dependencia de familiares en Venezuela, (b) planes de
reunificación familiar en el Perú, (c) remesas enviadas a Venezuela, (d) disponibilidad
de cuentas bancarias en Perú, (e) percepción del trato recibido de parte de los
peruanos y (f) estructura del presupuesto personal mensual.
El
vaciado de los datos de las encuestas se hizo a través del programa de
computación Excel, en hojas de cálculo. El procesamiento de los mismos se hizo
con la utilización del programa estadístico Stata en su Versión 13 y SPSS. De
este, se obtuvieron los cuadros y gráficos que permitieron la realización del
análisis correspondiente, del cual se derivaron los resultados y discusiones,
así como la realización del análisis de la varianza (ANOVA) de algunas
variables y el coeficiente de correlación de aquellas que orientaban la
inserción de los inmigrantes en el mercado laboral peruano.
Resultados
De
la aplicación del instrumento tipo cuestionario a la totalidad de 727
individuos de la población del estudio se obtuvieron resultados que, a
continuación, se explican.
Respecto
a los aspectos demográficos, el 62,48% eran hombres y el 37,52% mujeres; 24,15%
tenían edades inferiores a 25 años, 39,97% entre 25 y 35 años, 21,75% entre 35
y 45 años, 9,18% entre 45 y 55 años y el 4,94% restante tenía más de 55 años.
Al considerar el estado civil, el 62,15% eran solteros; 24,86%, casados; 10,22%,
convivientes (concubinos); 1,93%, divorciados y 0,83%, viudos.
Gráfico Nº 1
Distribución de la Muestra según grupos de
edades
Fuente:
Instrumento Aplicado. Elaboración Propia
Referente
al traslado migratorio, 14,09% provenían del Distrito Capital, 11,19% del
estado Carabobo; 7,60%, del estado Lara; 7,46%, del estado Aragua, 6,77% del
estado Miranda, como los más relevantes. El tiempo promedio de viaje de
Venezuela a Perú fue de 8,13 días; así como de 8,43 para quienes usaron medios
de transporte terrestre y de 1,63 días para quienes lo hicieron por transporte
aéreo. El viaje fue hecho, en el 39,28% acompañado de familiares, 26,60% de
amigos y un 33,01% manifestó haber viajado solos. El medio de transporte usado
fue, en un 76,67% de los casos en autobuses de varias empresas y 10,56% en
autobuses de una sola empresa; mientras que sólo el 11,39% lo hizo a través de
una línea aérea.
Al
considerarse los motivos que los llevaron a escoger el Perú como destino, el
50,35% manifestó tener en el país familiares y/o conocidos que ya residían acá;
28,55% consideraba que era la mejor opción para emigrar y 15,47% consideró que
le era más fácil regularizar su condición migratoria.
Gráfico Nº 2
Distribución de la muestra según razones que
lo impulsaron a escoger Perú como destino
Fuente: Instrumento
Aplicado. Elaboración Propia
El
costo promedio del traslado por persona fue de US$ 256,26; el traslado vía
terrestre tuvo un costo promedio de US$ 216,82; mientras que el hecho a través
de líneas aéreas fue de US$ 565,48. El financiamiento del viaje fue hecho, en
el 28,01% de los casos, mediante el uso de ahorros personales, 22,41%
utilizaron ahorros familiares, 33,05% vendió parte de las propiedades que tenía
en Venezuela, 7,70% vendió todas sus propiedades, 24,09% requirió del préstamo
de un tercero para poder cubrir sus gastos. Respecto a las condiciones de
alojamiento acá en el Perú, 67,88% están en viviendas alquiladas compartidas y
25,67% en viviendas alquiladas particulares. El costo de instalación fue en
promedio de 763,28 Nuevos Soles.
Gráfico Nº 3
Distribución de la muestra según medios de
financiamiento del traslado Venezuela – Perú
Fuente: Instrumento
Aplicado. Elaboración Propia
Al
considerar los perfiles profesionales de la población inmigrante (véase la
Tabla N°1) se pudo constatar que el 33,19% de los inmigrantes tenía estudios
universitarios completos y 13,95% ostentaban títulos de Técnico Superior
Universitario, a la vez que 7,53% tenía estudios de postgrados finalizados.
Gráfico Nº 4
Distribución de la muestra según nivel de
estudios
Fuente:
Instrumento Aplicado. Elaboración Propia
Respecto
a la disponibilidad de los documentos probatorios de estos grados de formación
y de titulación, el 67,57% respondió positivamente frente al 32,44% que
manifestó no cargar los documentos consigo. En lo que refiere a su condición de
ocupación en Venezuela al momento de emprender el viaje, 65,60% estaba
trabajando, mientras que solo un 18,80% manifestó estar desempleado.Asimismo,
de los ocupados, 31,07% desempeñaban cargos operativos; 26,92%, supervisores;
13,02%, eran dueños de sus propios negocios; 12,28% estaban en cargos de
gerencia media; 11,09% desempeñaban libre ejercicio profesional y 3,40% eran
altos gerentes de empresas.
Gráfico Nº 5
Distribución de la muestra según condición de
ocupación en Venezuela antes de partir al Perú
Fuente:
Instrumento Aplicado. Elaboración Propia
Respecto
a su situación ocupacional al momento de la encuesta, el 44,90% dijo estar
trabajando, frente a un 28,39% que dijo estar desempleado y un 25,03% que
manifestó estar buscando trabajo. De los ocupados, 66,22% respondió estar
ejerciendo cargos operativos; 12,77%, libre ejercicio profesional; 9,31%,
dueños de su propio negocio e igual porcentaje cargos de supervisores. Respecto
a la percepción del desempeño laboral como inmigrantes, el 75,30% señaló que
consideran las condiciones de trabajo mucho más precarias para ellos.
Gráfico Nº 6
Distribución de la muestra según condición de
ocupación al momento de la encuesta
Fuente: Instrumento Aplicado.
Elaboración Propia
Referente
a la existencia de familiares en Venezuela que dependían económicamente de los ingresos
percibidos en el Perú, el 93,33% manifestó tenerlos. Además, al considerarse la
reunificación familiar en este país, el 79,97% manifestó tener esos planes. El
promedio de los envíos de dinero mensual hechos por los encuestados fue de S/ 199,30.
En
consideración a la disponibilidad de cuentas bancarias en agencias e
instituciones financieras peruanas, solo el 19,83% manifestó disponer de estos
productos financieros. También, con relación a las condiciones de socialización
e interacción con los peruanos, 85,96% percibe a los nacionales como tolerantes
de la migración venezolana, 90,78% se siente a gusto en el país y 83,71%
manifiesta una percepción positiva de su estancia en el país.
Al
evaluar la manera en cómo se reparte en promedio el presupuesto mensual, los
encuestados indicaron recibir ingresos por el orden de los S/ 997,62. La
distribución es la que sigue: (a) S/ 328,64 en residencia, (b) S/ 199,24 en
alimentación, (c) S/ 82,64 en transporte, y (d) S/ 209,60 en remesas,
representando esta última un 30,55% promedio del ingreso mensual recibido.
Las
pruebas estadísticas aplicadas (ANOVA y Correlación de Spearman) permitieron
demostrar que los ingresos percibidos por los inmigrantes ocupados de la
muestra no están asociados a su inserción en el mercado laboral formal, lo que
estadísticamente permite reconocer que, independientemente del tipo de trabajo
que éste desempeñe, sea dentro o fuera del sector formal, no existen
diferencias significativas del mismo.
Sin
embargo, un factor que sí influyó en la variación del ingreso fue el nivel de
estudios alcanzado, que incide sobre el ingreso promedio mensual y es
determinante en su inserción en el mercado formal.
Discusión y Conclusiones
Teniendo
en consideración los aspectos precedentes, vale reconocer que el proceso de
migración de los venezolanos hacia el Perú puede decirse que se enmarca
totalmente en la definición de diáspora, ya que establece una interrelación
entre el país de salida, por cuanto los inmigrantes mantienen vínculos
afectivos y materiales con Venezuela. Esto se evidencia en los aspectos que
siguen: (a) la existencia de contacto entre los inmigrantes y sus
connacionales, (b) la dependencia económica que de este mantienen familiares en
Venezuela, y (c) la intención de reencuentro y reunificación familiar que estos
manifiestan tener en el Perú en el mediano plazo. Desde estas condiciones se
cumple también la visión tríadica señalada por Rodríguez (2016), que se deriva
de la interrelación entre el país de origen, el grupo migrante y el país
destino.
La
migración venezolana en el Perú tiene una connotación altamente económica; debido
a que los inmigrantes, además de huir de la precaria situación que se vive en
su país, tienen dentro de sus objetivos fundamentales insertarse en el mercado
laboral peruano. Esta condición la pretenden alcanzar luego de realizar un
sacrificio económico considerable, que se debe al financiamiento del
desplazamiento con la utilización de recursos escasos; a la vez que su objetivo
fundamental dentro del proyecto migratorio es obtener empleo para disponer de
los recursos que le permitan aportar a través de envíos de dinero y remesas
fondos para la manutención de sus familias en Venezuela. Al mismo tiempo, van
abriendo y definiendo el espacio para el reencuentro y la reunificación
familiar en el Perú.
En
el marco de la taxonomía señalada por Cohen (2008, p. 15), la migración
venezolana puede ser ubicada como una diáspora de “víctimas”, pues los
inmigrantes han decidido salir de su país, debido a padecer una crisis
económica, social y política que no les permitía permanecer allí. Sin embargo, también
debe calificarse como una diáspora de “trabajo”. La razón es que el esfuerzo
por llegar al Perú se concentra en ubicar un buen empleo; en función de ello,
se escoge este destino considerando la experiencia exitosa que otros amigos y
familiares tuvieron en algún momento de este trance en este país; así como
también debido a las facilidades que ofrece el Estado en materia de
regularización migratoria.
Teniendo
en consideración que la mayor parte de los inmigrantes son jóvenes,
profesionalmente calificados y quienes emigraron dejando atrás un empleo que
les da cierto nivel de experiencia laboral, es posible señalar a la diáspora
venezolana como una migración internacional de recursos humanos calificados en
el Perú. Ello significa una oportunidad estratégica para el país en el contexto
de la competitividad global.
En
este sentido, la utilización de una política efectiva de clasificación laboral
de los inmigrantes y de una inserción en cargos de trabajo adecuados, teniendo
como criterio básico las necesidades del país, favorece a ambos actores al transformar
un fenómeno no planificado y espontáneo en una oportunidad de desarrollo y
beneficio común: inmigrante y país de acogida pueden ser los ganadores de esta
interacción. Al momento de obtener un trabajo adecuado, las personas pueden
disponer de los recursos que les garanticen la subsistencia a ellos y sus
familiares, mientras contribuyen con su trabajo y experticia a la elevación de
la producción y la productividad en el país.
De
igual manera, debe considerarse que la migración venezolana tiene un impacto
positivo en el aparato productivo nacional, por cuanto esta no solo genera
renta a través de su contribución en el aparato productivo elevando la oferta
de bienes y servicios en los mercados locales; sino que la mayor parte de los
ingresos que se perciben los venezolanos inmigrantes los gastan en el país.
Puede
estimarse que, con una media de ingresos de S/ 997,62, a razón de entre 400.000
y 500.000 inmigrantes que se proyecta están presentes en el país, se genera una
renta de más de cuatrocientos millones de nuevos soles mensuales (S/
400.000.000,00), de los cuales se envían a Venezuela un promedio de ochenta y
dos millones de nuevos soles (S/82.000.000,00) y la diferencia que representan
trescientos dieciocho millones de nuevos soles (S/ 318.000.000,00) son
reabsorbidos por la economía por la vía del gasto de manutención de los
inmigrantes. Esto es, principalmente, en residencia y alimentación, sin contar
los trescientos diez millones de nuevos soles (S/. 310.000.000,00) que en
promedio ha significado la instalación de los inmigrantes en el país.
Asimismo,
es de destacar que el proceso migratorio que se plantea la diáspora venezolana,
está enfocado en el mediano y largo plazo, e incluye la reunificación familiar
en Perú, ya que la mayor parte de los inmigrantes tienen como meta traer a sus
familiares al país, a los fines de lograr para ellos una mayor estabilidad
económica y social. En este sentido, debe considerarse, por parte del Estado
peruano, el aprovechamiento de la dinámica que implica la llegada de más
inmigrantes, con intención de establecerse en el país; con lo cual se traducirá
en demandas de bienes y servicios que podrían ser un factor importante y
coyuntural en materia de crecimiento económico.
Sin
embargo, de acuerdo a las tendencias que revisten los resultados obtenidos pudo
constatarse que la diáspora venezolana, que puede ser considerada como
cualificada, no está siendo efectivamente aprovechada por el mercado laboral
peruano, por cuanto está desaprovechando individuos de alta calificación en
empleos informales y de bajo desempeño a nivel estratégico, lo que se constata
en la ausencia de una remuneración indexada al nivel de formación académica de
los inmigrantes del estudio, así como también a los niveles de experiencia
laboral que los mismos manifestaron tener.
REFERENCIAS CONSULTADAS
1.
Boddvarson, Ö y Van
den Berg, H. (2013) The Economics of Inmigration: Theory and Policy. Springe
Science + Business Media. New York
2. Cohen, R. (2008). Global Disaporas: An Introduction. 2ª. Routledge Ed.
New York.
3. De la Rica,
S. (mayo-junio, 2017). Los efectos económicos
de la inmigración: evidencia empírica. ICE:globalización,
integración y desarrollo económico,896,129-140.
4. Díaz, C. &Delgado, C. (2005). Mercado
laboral y nuevos perfiles de la inmigración extranjera en Canarias. Geo crítica ScriptaNova9(201), 181-204.
5. Fondo Monetario Internacional [FMI]. (2018) Perspectivas: Las Américas –
Una recuperación despareja. Consulta realizada el 25-11-2018. Recuperado de:
https://www.imf.org/es/Publications/REO/WH/Issues/2018/10/11/wreo1018
6. Gurieva, L. y Dzhioev, A. (2015). Economics
Theories of Labor Migration. Mediterranean Journal of Social Sciences. MCSER
Publishing. Rome-Italy. Vol 6 Nº 6 S7. December 2015.
7.
Méndez, A. (julio-septiembre, 2017).
Migración de talentos como estrategia de desarrollo: México-Japón. Revista
Problemas del Desarrollo190(48), 137-164,
8.
Niebrzydowski, Sirius y De la Vega, Iván
(2008). Capítulo III: Venezuela, política y emigración. El caso de la industria
petrolera en 2002 y 2003. En De la Vega (Ed.). La diáspora del conocimiento.
Talento venezolano en el mundo, pp.101-146. Venezuela- Academia de Ciencias
Físicas y matemáticas.
9.
Oficina Internacional para la Migraciones [OIM].
(2013). Diásporas y desarrollo: Tender puentes entre sociedades y estados.
Diálogo Internacional sobre la Migración: Conferencia Ministerial sobre la
Diáspora. Centro Internacional de Conferencias de Ginebra 18 y 19 de junio, Nº
22, Ginebra, Suiza.
10.
OIM Oficina Internacional para la Migraciones
(2018). Tendencias migratorias en las
Américas: República Bolivariana de Venezuela. Recuperado dehttps://robuenosaires.iom.int/sites/default/files/Informes/Tendencias_Migratorias_Nacionales_en_Americas__Venezuela_ES_Julio_2018_web.pdf
11.
Ramírez, T. & Lozano, F. (abril, 2017). Selectividad y precariedad laboral en la
migración calificada de América Latina y el Caribe, 2000-2010. REMHU, Revista Interdisciplinar da MobilidadeHumana25(49), 113-134.
12.
Rannveig, D. & Newland,
K. (2012).Hoja de ruta para la
participación de las diásporas en el desarrollo: Un manual para los políticos y
profesionales de los países de origen y de acogida. Ginebra, Suiza: Organización
Internacional para las Migraciones OIM y Migration Policy Institute (MPY).
13.
Rodríguez de la Vega, L. (2016). La diáspora
india, su relación con el país de origen y residencia: Panorama de los estudios
realizados. Revista Guillermo de Ockham, 14(1), s. p.
14.
Rodríguez, M.& Serrano, I. (enero-junio, 2013).
Inmigración, integración y
competencias en materia de empleo: el papel, y el reto, de las Comunidades
Autónomas. LexSocial 3(1), 34-40.
15. Rodríguez,
V. & Marcu, S. (2009). Mercado de trabajo y formación entre inmigrantes
latinoamericanos en la comunidad de Madrid. Revista de
Indias 69(245), 225-252.
16. Vargas, C. (2018). La migración en Venezuela como dimensión de la
crisis. Pensamiento Propio Nº 47. pp.
91-128. CRIES. Managua. Nicaragua.
CONSULTED REFERENCE
1.
Boddvarson, Ö y Van
den Berg, H. (2013) The Economics of Inmigration: Theory and Policy. Springe
Science + Business Media. New York
2. Cohen, R. (2008). Global Disaporas: An Introduction. 2ª. Routledge Ed.
New York.
3. De la
Rica, S. (mayo-junio, 2017). The
economic effects of immigration: empirical evidence. ICE: globalización, integración y desarrollo
económico,896,129-140.
4. Díaz, C. &Delgado, C. (2005). Labor market and new profiles of foreign immigration in the Canary
Islands.Geo crítica ScriptaNova9(201), 181-204.
5. Fondo Monetario Internacional [FMI]. (2018) Perspectives: The Americas -
An uneven recovery. Checked on 11-25-2018. Recovered from:
https://www.imf.org/es/Publications/REO/WH/Issues/2018/10/11/wreo1018
6. Gurieva, L. y Dzhioev, A. (2015). Economics
Theories of Labor Migration. Mediterranean Journal of Social Sciences. MCSER
Publishing. Rome-Italy. Vol 6 Nº 6 S7. December 2015.
7.
Méndez, A. (julio-septiembre, 2017).
Migration of talents as a development strategy: Mexico-Japan.Revista
Problemas del Desarrollo190(48),
137-164,
8.
Niebrzydowski, Sirius y De la Vega, Iván
(2008). Chapter III: Venezuela, politics and emigration. The
case of the oil industry in 2002 and 2003. In De la Vega (Ed.). The diaspora of
knowledge. Venezuelan talent in the world, pp.101-146. Venezuela- Academia
de Ciencias Físicas y matemáticas.
9. Oficina
Internacional para la Migraciones [OIM]. (2013). Diasporas and development: Bridging bridges between societies
and states. International Dialogue on Migration: Ministerial Conference on the
Diaspora. International Conference Center of Geneva June 18 and 19, No. 22,
Geneva, Switzerland.
10. OIM
Oficina Internacional para la Migraciones (2018). Migratory trends in the Americas: Bolivarian Republic
of Venezuela. Recovered from: https://robuenosaires.iom.int/sites/default/files/Informes/Tendencias_Migratorias_Nacionales_en_Americas__Venezuela_ES_Julio_2018_web.pdf
11. Ramírez,
T. & Lozano, F. (abril, 2017). Selectivity and job precariousness in skilled migration in Latin America
and the Caribbean, 2000-2010. REMHU,
Revista Interdisciplinar da MobilidadeHumana25(49), 113-134.
12.
Rannveig, D. &
Newland, K. (2012). Roadmap for the
participation of diasporas in development: A manual for politicians and
professionals from the countries of origin and host countries. Ginebra,
Suiza: Organización Internacional para las Migraciones OIM y Migration Policy
Institute (MPY).
13.
Rodríguez de la Vega, L. (2016). The Indian Diaspora, its relationship with the country of origin and
residence: Panorama of the studies carried out. Revista Guillermo de
Ockham, 14(1),
s. p.
14. Rodríguez,
M.& Serrano, I. (enero-junio, 2013). Immigration, integration and skills in
employment: the role, and the challenge, of the Autonomous Communities. LexSocial 3(1), 34-40.
15. Rodríguez, V. & Marcu, S. (2009). Labor market and training among
Latin American immigrants in the community of Madrid. Revista de Indias 69(245),
225-252.
16. Vargas, C. (2018). Migration in Venezuela
as a dimension of the crisis. Pensamiento Propio Nº 47. pp. 91-128. CRIES. Managua. Nicaragua.
©2019 por los autores.
Este artículo es de acceso abierto y distribuido según los términos y
condiciones
de la licencia Creative
Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional (CC BY-NC-SA
4.0) (https://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/4.0/).